Antes de describir brevemente en que consistía la fiesta de Toyahua damos algunos datos históricos.
Toyahua es una de las rancherías del Municipio de Nochistlán, única que conserva a un en pocas gentes, rasgos indígenas tanto en el aspecto antropofomo como en sus costumbres.
Nuestra Señora del Rosario, conocida por los nochistlenses más comúnmente como “Virgen de Toyahua”. Su devoción fue implantada a los Franciscanos, quienes constituyen una Cofradía, que posteriormente se llamó “Hermandad”.
El martes anterior al Jueves de Corpus, la Virgen de Toyahua, visita los templos de San Sebastián y San Francisco. Su entrada es triunfal, le acompañan los habitantes del Municipio y pueblos circunvecinos las calles se adornan con hilos cubiertos de papel azul y blanco desde la entrada de la población le reciben música, danzas y actos religiosos propios del ritual, cantando, la letanía de todos los Santos. Es llevada en una suntuosa y elegante nube y cada paso le arrojan desde los techos de cada vivienda, serpentinas, confeti y “vivas”, hasta llegar al 20 de enero (cruzamientos de las calles Daniel Camarena y Cadena), se sigue hasta el templo de San Sebastián donde es recibida con campanas a vuelo, cohetes, músicas, danzas, salmos, etc., y a continuación se celebra misa solemne de acompañados.
Durante el día de permanencia en el Templo de San Sebastián es visitada por los habitantes del barrio y por pueblos en general. Al día siguiente, baja las calles el barrio, para llegar al templo de San Francisco.
De la fecha de su venida al primer domingo de octubre, visita las rancherías donde es recibida con regocijo y devoción.
Antes del primero de octubre, los habitantes de Toyahua de Abajo, se acercan respetuosos a pedir al Párroco de Nochistlàn, les sea devuelta la imagen, la cual es devuelta el primer sábado de octubre y para cuyo efecto el pueblo de Toyahua se engalana hasta sus rincones y hace posible una pequeña feria en el cuadro del Jardín, se llena de puestos, cantinas, fondas, dulcerías, etc.
Durante el día, los mariachis y conjuntos musicales hacen de esta pequeña feria un emporio de confraternidad Nochistlense.
Las campanas de los feligreses a vísperas y al frente está colocado el castillo que dando las 11 de la noche, serán encendidos tocando Bandas Populares.
Sigue perdurando como algo noble, bueno y santo.