El día de 25 de julio sobresale entre los festejos a Santo Santiago, la antigua tradición de “los gallos”, la cual consiste en una cabalgata vespertina que precede el evento, los gallos son donados por los vecinos (“hay Santo Santiago, que mi gallina saque, se críen y te regalo un gallo”), los participantes montados a caballo agarran de las patas y otro de la cabeza al gallo, luego en carrera se disputan entre jaloneos la preciada ave, quien se la queda es el dueño, la escena se repite en múltiples ocasiones, mientras el resto de los asistente miran con cierto morbo, toman algunas bebidas que encienden la sangre, coquetean con las muchachas que se dieron cita y los más argüenderos cantan o bailan al son de la tambora o el conjunto de música norteña.