Desde el 8 de julio de 1961 el Sr. Cardenal Don José Garabi y rivera concedió al entonces Sr. Cura de Nochistlán Pro. Don José Hernández, la licencia para que se efectuara, cada año la concentración de nochistlenses llamada “EL HIJO AUSENTE”. Este acto se inició el 29 de julio de 1962.
En su organización se invita a todos los nochistlenses que viven fuera , para que el último domingo de julio se congreguen en la población.
Desde el jueves anterior empieza a congregarse los ausentes, deleitándose en el pueblo lleno de gratos recuerdos de su pasado, de su presente y de las proyecciones de progreso que hay para el porvenir.
Al amanecer de ese domingo las carreteras están llenas de vehículos que hacen alto en las afueras del jardín de San Sebastián, lugar de reunión, porque desde ese lugar partirá la peregrinación hacía la parroquia de San Francisco. Esta manifestación religiosa está adornada con mantas, pancartas con pensamientos alusivos, bandas de música, mariachis, danzas, ofrendas florales, caprichosamente elaboradas, alegorías que señalan el lugar de residencia. Se levanta un altar afuera del curato frente al Jardín Morelos para celebrar la misa solemne llamada “Misa del Hijo Ausente”.
Terminando el aspecto religioso sigue por razón natural, la expansión y el dialogo, comen, viven esos momentos bajo sombra añeja de nuestro Jardín Morelos y jardines que lo concurren.
Antes de que se regresen a sus domicilios, en el mismo foro donde se celebraron los actos religiosos. Diferentes grupos socio-culturales presentan divertidos bailables, poemas alusivos y pasajes teatrales, como homenaje y despedida a los ausentes.
Al acercarse las horas de la tarde los “hijos ausentes” se regresan a sus lugares, observándose en sus rostros la tristeza, el estrujamiento propio del espíritu, por haber tocado sus conciencias el reloj de sus recuerdos, sin poder detener la marcha del tiempo que impregna amor, cariño voluntad a la legendaria tierra de sus mayores.